miércoles, 4 de marzo de 2015

Un pueblo con vida (La Mussara en el S. XIX. Parte I).





Hoy en día el visitante que llega a la Mussara observa a su alrededor un pueblo desolado, un lugar lleno de ruinas que ha sucumbido a los efectos del tiempo y la naturaleza. Pero si se hace un pequeño esfuerzo imaginativo, el excursionista, puede llegar a vislumbrar el pasado que ese paraje oculta entre sus ruinas.


Desde sus orígenes, allá por el S. XII, hasta su total abandono en el S. XX, la Mussara debió pasar por diferentes épocas de esplendor  y decadencia, pero hoy quiero centrarme en la que, quizás, fue su última época dorada como municipio, el S. XIX. Durante dicho siglo el término municipal contaba con un número significativo de habitantes, siendo la media de población durante el S. XIX de unos 247 habitantes (teniendo en cuenta que también entran en el computo total los vecinos de todas las masias diseminadas por el término municipal). En el siguiente gráfico se puede visualizar de una forma detallada cual fue la evolución de la cantidad de población durante ese periodo de tiempo.

 


Analizando de una manera superficial el gráfico y sin entrar a analizar, al menos en la presente publicación del blog, los detalles  de la evolución, se puede observar como el número de habitantes da un salto significativo desde el año 1.830 al año 1.835, aumentando la cantidad de vecinos en una cifra de 30 individuos.  La población, desde entonces, se mantiene estable durante aproximadamente unos diez-quince años hasta llegar al año 1.849, cuando se observa una gran disminución del número de vecinos. De los 214 individuos censados el año 1.845 se pasa a una cifra de 145 oriundos contados en el año 1.849, una disminución de 69 personas en cuatro años. Sin embargo, esta merma en el número de habitantes del pueblo se ve otra vez modificada con una espectacular subida de 178 habitantes en un tiempo de tan sólo ocho años. Si en el año 1.849 el pueblo tenía a 145 personas censadas, el año 1.857 sorprende ver como en el listado del padrón del municipio hay anotados 323 individuos.  Resultaría interesante profundizar en los posibles factores que llevaron a este baile de cifras entre los años 1.845 y 1.847. Como posible hipótesis de estudio podría existir cierta relación entre las dos primeras Guerras Carlistas (1833–1840 y 1846–1849) y los movimientos de población que se produjeron en el municipio, ya que tanto en la Mussara como en los pueblos de las montañas de la provincia de Tarragona hubo una gran actividad de acciones durante estas guerras, incluida también la Tercera Guerra Carlista (1872–1876), aunque en esta última no se observa una gran variación de residentes en el término municipal. La relación entre los conflictos bélicos de aquella época y el flujo migratorio producido en el territorio es un tema que queda pendiente de análisis.


 Pero sigamos analizando más aspectos de cómo un lugar, que hoy en día es un conjunto de encantadoras ruinas y naturaleza, hace años albergó un núcleo de población que daba vida a esa zona de la montaña que a día de hoy parece increíble que, antaño, pudiese estar habitada. Para ello me ha parecido muy ilustrativo mostrar como, en su día, describía el político Pascual Madoz (1.806 –1.870) este municipio en su gran obra ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar’ publicada entre los años 1.846 y 1.850. 


 <<MUSARA:  Lugar con ayuntamiento  en la provincia y diócesis de Tarragona (5 leguas.), partido judicial de Reus (3). Audiencia territorial y capitanía general de Barcelona (47). Situada en la cima de un monte, desde el cual se descubre, en días claros y serenos, todo el campo de Tarragona y el mar hacia el Sur y por la parte del Oeste hasta los montes de Aragón. Su clima es muy frío y tan nebuloso que reinan las nieblas la mayor parte del invierno y alguna el verano; sin embargo, goza de libre ventilación y salubridad y no se conocen enfermedades endémicas. Tiene 40 casas bajas, antiguas y de pocas comodidades, una iglesia parroquial: San Salvador, servida por un cura con título de vicario y un cementerio contiguo a ella; el término confina al Norte con la Febró; al Este con l’Albiol y Montreal, todos del partido de Montblanch (Montblanc); al Sur con Vilaplana; y  Oeste  con el mismo Febró y l’Arbolí del partido de Falset. En él se comprenden 48 ó 20 casas de campo diseminadas , de las cuales son las más notables las nombradas Mas d’en Grau y d’en Abelló ; la escasez de aguas , pone en conflicto a la población en años poco lluviosos, pues que cesa a la vez el curso de una próxima fuentecita que surte al vecindario. El terreno es generalmente montuoso y calizo; aunque con alguna parte llana; casi todos sus montes forman parte de los de Prades, y en ellos se ven extensos pinares, que ocupan dos terceras partes del término y ganados de varias especies aprovechando sus pastos. Los caminos conducen a los pueblos limítrofes , y se hallan en mal estado. El correo se recibe de Aleisar (l’Aleixar) sin día fijo por los vecinos que van o vienen de Reus. Produce trigo, patatas, maderas de construcción y leñas para combustible; cría ganado lanar, cabrío y vacuno, caza de conejos, perdices, y alguna liebre. Comercio: exportación de frutos sobrantes y de ganados a los mercados de Reus, e importación de vino , aguardiente y efectos coloniales. Población 40 vecinos (casas) , 214 almas (habitantes). Capital producido 922,499 reales. Imponible 27,665 reales.>>


Como el lector puede observar en el texto anterior, el autor, Pascual Madoz, describe de una manera muy grafica como era la existencia a mediados del S. XIX en la Mussara. Este pequeño municipio de las montañas era un lugar lleno de vida. Un territorio en el que, ya desde sus orígenes, sus moradores tuvieron que aprender a lidiar con las adversas condiciones de vida que el entorno les ofrecía, tales como el clima <<Su clima es muy frío y tan nebuloso que reinan las nieblas la mayor parte del invierno y alguna el verano; sin embargo, goza de libre ventilación y salubridad…>>  o la escasez de agua << ...la escasez de aguas , pone en conflicto a la población en años poco lluviosos, pues que cesa a la vez el curso de una próxima fuentecita que surte al vecindario. >> No en vano, la escasez de agua fue, sin duda, uno de los mayores problemas que arrastró el pueblo a lo largo de toda su historia.



Continuará...

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