martes, 10 de marzo de 2015

La Mussara un pueblo maldito: La maldición de la niebla (Parte I).






Hay una leyenda, entre las muchas que existen, que narra algo misterioso y fascinante. La leyenda dice que en la Mussara, cuando cae la densa niebla, se empiezan a ver, escuchar y notar toda clase de fenómenos y sensaciones extrañas. Es frecuente que un día claro, totalmente primaveral o veraniego, se transforme en un día oscuro y de frío invernal. La niebla lo envuelve todo, las personas pierden el sentido de la orientación, los aparatos electrónicos dejan de funcionar sin ningún tipo de lógica y a algunos individuos les empieza a invadir una extraña sensación de miedo y desasosiego... Experiencias que han experimentado conocidos míos en primera persona estando yo presente. Pero esta fenomenología, con o sin explicación lógica, se merece ser tratada más detalladamente en otro artículo, ya que  hoy quiero hablaros de cómo la niebla dio un halo de maldición y misterio a la Mussara y de cómo me empecé a interesar  por ello.

  Si me remonto a mi niñez y hago un ejercicio de memoria, mis primeros recuerdos de la Mussara están ligados a sucesos extraños y misteriosos. En concreto, el primer recuerdo es el de una extraña desaparición ocurrida en el año 1.991. He leído mucho sobre extrañas desapariciones en la Mussara pero, la verdad, en casi todos estos raros acontecimientos las informaciones no tienen una fuente de referencia  que sea creíble. No existen ni nombres, ni lugares, ni fechas, ni documentos oficiales que los certifiquen. Pero la extraña desaparición a los que están ligados mis primeros recuerdos es un caso diferente. En primer lugar porque hay muchos documentos, tanto de las fuerzas de seguridad como de la prensa, donde quedó reflejado, en su día, el triste suceso. Y en segundo lugar,  porque el desaparecido era de la zona donde yo vivía y recuerdo perfectamente como en aquellos meses, algunos conocidos míos, comentaban la extraña desaparición. Durante algún tiempo se formaron batidas de búsqueda que subían al viejo pueblo abandonado para tratar de encontrar alguna pista, y se especuló,  bastante, sobre lo qué había ocurrido aquel fatídico día en el que se produjo la misteriosa desaparición. Éstas son cosas que dejan gran impresión  en un niño pequeño.


  Mi segundo recuerdo de la Mussara se remonta a unos años después de la anterior remembranza, específicamente a finales de los años 90 del pasado siglo. Recuerdo que en aquel tiempo empezaron a funcionar las televisiones locales de Tarragona y de Reus. En estos canales, durante algunos meses, se estuvieron emitiendo la reposición de un programa donde hablaban de los extraños fenómenos paranormales que ocurrían en la Mussara.  Especialmente me dejaron huella tres casos donde se mencionaban la existencia de puertas dimensionales, avistamientos de OVNIS y la presencia de pequeños duendes.


  El tercer recuerdo se remonta también a finales de los 90. Aquella fue la primera vez que estuve presente  por la zona de la Mussara, aunque creo no haber estado en el núcleo del pueblo. Fue precisamente un domingo en el que la niebla hizo acto de presencia por las montañas. Aquel día, mis padres y yo, fuimos de excursión por los pueblecitos de la Sierra de Prades  junto a unos amigos de mis padres, y me acuerdo perfectamente como estos amigos comentaban las extrañas historias que existían sobre la zona.  Principalmente,  recuerdo que una de las que más me impresionó hablaba de la existencia de una secta satánica que frecuentaba la zona para realizar extraños ritos. 


  Por lo tanto mis primeros recuerdos sobre este fascinante pueblo abandonado de la montaña están ligados, como en la mayoría de personas, a historias misteriosas y leyendas fantásticas. No fue hasta los dieciocho/veinte años cuando empezaron mis incursiones en la Mussara. Al principio, iba intrigado por todas las misteriosas historias que conocía y había escuchado desde niño. La primera vez que subí, y estuve en el pueblo, iba con algo de nerviosismo y temor por todas las leyendas que conocía, pero una vez allí, cuando contemplé aquel maravilloso paisaje de ruinas y naturaleza, empecé a alejarme de los aspectos paranormales del lugar y comencé a sentirme atraído a indagar más sobre la historia real del pueblo. A todo ésto también contribuyó, en gran manera, una leyenda que me contaron una de aquellas primeras veces que ascendí a la Mussara. Una de esas leyendas que van pasando de persona en persona a lo largo del tiempo y que, aunque está basada en un hecho real que años después descubrí, el paso de los años y la aportación imaginaria de cada persona que la va contando hace que lo surgido como una historia verídica vaya degenerando a una cuento totalmente fantasioso y aterrador.

  La leyenda que a mí me contaron narraba que “durante una guerra que tuvo lugar en el siglo XIX, un soldado de uno de los bandos fue capturado en las cercanías de la Mussara por soldados del otro bando.  El infortunado prisionero fue trasladado al pueblo más próximo, que no era otro que el de la Mussara. Allí, en la pequeña aldea de lo alto de las montañas, los captores decidieron ejecutar al rehén. El condenado a muerte, maniatado, fue situado en frente de la tapia del viejo cementerio mientras los ejecutores preparaban sus armas para formar el pelotón de fusilamiento. Pero ya se sabe que en la Mussara el tiempo es muy caprichoso y un día que es totalmente soleado en cuestión de minutos, y por los antojos de la climatología, se puede volver oscuro y con una densa niebla. Y eso fue lo que sucedió, mientras los soldados estaban realizando los preparativos de la ejecución la densa niebla cayó, sin aviso alguno, sobre la pequeña villa de las montañas. La leyenda cuenta que, cuando los soldados se disponían  a tomar la posición de disparo fusil en mano, una mujer anciana, que en el pueblo se rumoreaba que practicaba la brujería, sin ver por culpa de la niebla que allí había un prisionero y un pelotón de ejecución, se cruzó entre ambos con tan mala fortuna que lo hizo justo en el momento en el que el pelotón de ejecución disparaba al ‘bulto’ a través de la niebla. La mortal descarga de disparos se escuchó de una forma atronadora por todo el pueblo y cayó sobre  el prisionero y la anciana, que mientras agonizaba echó una maldición a los soldados y a la niebla. Desde entonces, explica la leyenda, cuando cae la niebla sobre la Mussara, debido a la maldición de aquella anciana que practicaba la brujería, ocurren toda clase de sucesos paranormales y se pueden ver y escuchar cosas extrañas.

  Cuando llegó a mis oídos esta historia quedé totalmente fascinado por los acontecimientos que narraba. En ese momento decidí  empezar a indagar más sobre los sucesos de dicha leyenda. Por suerte, a lo largo de los años, ha habido gente que ha hecho una gran labor y ha dedicado un gran esfuerzo para dejar constancia de la historia real del pueblo, y así fue como pude asociar esta leyenda, degenerada a un acontecimiento totalmente fantástico,  a un suceso real acontecido durante la Tercera Guerra Carlista. Un suceso en el que sí hubo un ‘extraño’ pelotón de fusilamiento formado por soldados del bando liberal. Un suceso en el que el soldado capturado no existió como tal, ni era un simple soldado ni fue capturado por los enemigos. Se trataba, ni más ni menos, del carismático cabecilla Carlista el Coronel Isidre Pàmies i Borràs, alias El Cercós.  Y un suceso en el que la anciana practicante de brujería y ejecutada por accidente, que hizo caer sobre la Mussara y su niebla una maldición, ni era bruja ni estaba viva. Se trataba de una pobre mujer de avanzada edad  que llevaba ya algún tiempo fallecida y enterrada en el cementerio de la población. Esta historia, una de las tantas leyendas que a lo largo del tiempo ha dado fama de maldita a la población de la Mussara y a su niebla, está basada en los sucesos de, por llamarlo de alguna manera, la ‘última aventura’ del coronel Cercòs, uno de los guerrilleros carlistas más famosos de las montañas y posiblemente de la provincia de Tarragona. Pero eso ya es otra historia. 

3 comentarios:

  1. muy bien redactado.
    me ha encantado.
    a mi también me fascina ese pueblo y me encantaría saber la historia real del pueblo en sí...sin fantasmas ni cuartos milenios....
    felicidades por el post

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  2. Gracias compañero!!! Pronto nuevas historias sobre este lugar tan ENCANTADOR de las montañas de Prades! ;)

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