Hay una leyenda, entre las muchas que existen, que narra algo
misterioso y fascinante. La leyenda dice que en la Mussara, cuando cae la densa
niebla, se empiezan a ver, escuchar y notar toda clase de fenómenos y
sensaciones extrañas. Es frecuente que un día claro, totalmente primaveral o
veraniego, se transforme en un día oscuro y de frío invernal. La niebla lo
envuelve todo, las personas pierden el sentido de la orientación, los aparatos
electrónicos dejan de funcionar sin ningún tipo de lógica y a algunos
individuos les empieza a invadir una extraña sensación de miedo y desasosiego...
Experiencias que han experimentado conocidos míos en primera persona estando yo
presente. Pero esta fenomenología, con o sin explicación lógica, se merece ser
tratada más detalladamente en otro artículo, ya que hoy quiero hablaros de cómo la niebla dio un
halo de maldición y misterio a la Mussara y de cómo me empecé a interesar por ello.
Si me remonto a mi niñez y hago un ejercicio de memoria, mis
primeros recuerdos de la Mussara están ligados a sucesos extraños y
misteriosos. En concreto, el primer recuerdo es el de una extraña desaparición
ocurrida en el año 1.991. He leído mucho sobre extrañas desapariciones en la
Mussara pero, la verdad, en casi todos estos raros acontecimientos las
informaciones no tienen una fuente de referencia que sea creíble. No existen ni nombres, ni
lugares, ni fechas, ni documentos oficiales que los certifiquen. Pero la
extraña desaparición a los que están ligados mis primeros recuerdos es un caso
diferente. En primer lugar porque hay muchos documentos, tanto de las fuerzas
de seguridad como de la prensa, donde quedó reflejado, en su día, el triste
suceso. Y en segundo lugar, porque el
desaparecido era de la zona donde yo vivía y recuerdo perfectamente como en
aquellos meses, algunos conocidos míos, comentaban la extraña desaparición. Durante
algún tiempo se formaron batidas de búsqueda que subían al viejo pueblo
abandonado para tratar de encontrar alguna pista, y se especuló, bastante, sobre lo qué había ocurrido aquel
fatídico día en el que se produjo la misteriosa desaparición. Éstas son cosas que
dejan gran impresión en un niño pequeño.
Mi segundo recuerdo de la Mussara se remonta a unos años
después de la anterior remembranza, específicamente a finales de los años 90 del
pasado siglo. Recuerdo que en aquel tiempo empezaron a funcionar las
televisiones locales de Tarragona y de Reus. En estos canales, durante algunos
meses, se estuvieron emitiendo la reposición de un programa donde hablaban de
los extraños fenómenos paranormales que ocurrían en la Mussara. Especialmente me dejaron huella tres casos
donde se mencionaban la existencia de puertas dimensionales, avistamientos de
OVNIS y la presencia de pequeños duendes.
El tercer recuerdo se remonta también a finales de los 90.
Aquella fue la primera vez que estuve presente por la zona de la Mussara, aunque creo no haber
estado en el núcleo del pueblo. Fue precisamente un domingo en el que la niebla
hizo acto de presencia por las montañas. Aquel día, mis padres y yo, fuimos de
excursión por los pueblecitos de la Sierra de Prades junto a unos amigos de mis padres, y me
acuerdo perfectamente como estos amigos comentaban las extrañas historias que existían
sobre la zona. Principalmente, recuerdo que una de las que más me impresionó hablaba
de la existencia de una secta satánica que frecuentaba la zona para realizar extraños
ritos.
Por lo tanto mis primeros recuerdos sobre este fascinante
pueblo abandonado de la montaña están ligados, como en la mayoría de personas,
a historias misteriosas y leyendas fantásticas. No fue hasta los
dieciocho/veinte años cuando empezaron mis incursiones en la Mussara. Al
principio, iba intrigado por todas las misteriosas historias que conocía y
había escuchado desde niño. La primera vez que subí, y estuve en el pueblo, iba
con algo de nerviosismo y temor por todas las leyendas que conocía, pero una
vez allí, cuando contemplé aquel maravilloso paisaje de ruinas y naturaleza,
empecé a alejarme de los aspectos paranormales del lugar y comencé a sentirme
atraído a indagar más sobre la historia real del pueblo. A todo ésto también
contribuyó, en gran manera, una leyenda que me contaron una de aquellas
primeras veces que ascendí a la Mussara. Una de esas leyendas que van pasando
de persona en persona a lo largo del tiempo y que, aunque está basada en un
hecho real que años después descubrí, el paso de los años y la aportación
imaginaria de cada persona que la va contando hace que lo surgido como una
historia verídica vaya degenerando a una cuento totalmente fantasioso y
aterrador.
La leyenda que a mí me contaron narraba que “durante una
guerra que tuvo lugar en el siglo XIX, un soldado de uno de los bandos fue
capturado en las cercanías de la Mussara por soldados del otro bando. El infortunado prisionero fue trasladado al
pueblo más próximo, que no era otro que el de la Mussara. Allí, en la pequeña
aldea de lo alto de las montañas, los captores decidieron ejecutar al rehén. El
condenado a muerte, maniatado, fue situado en frente de la tapia del viejo
cementerio mientras los ejecutores preparaban sus armas para formar el pelotón
de fusilamiento. Pero ya se sabe que en la Mussara el tiempo es muy caprichoso
y un día que es totalmente soleado en cuestión de minutos, y por los antojos de
la climatología, se puede volver oscuro y con una densa niebla. Y eso fue lo
que sucedió, mientras los soldados estaban realizando los preparativos de la
ejecución la densa niebla cayó, sin aviso alguno, sobre la pequeña villa de las
montañas. La leyenda cuenta que, cuando los soldados se disponían a tomar la posición de disparo fusil en mano,
una mujer anciana, que en el pueblo se rumoreaba que practicaba la brujería,
sin ver por culpa de la niebla que allí había un prisionero y un pelotón de
ejecución, se cruzó entre ambos con tan mala fortuna que lo hizo justo en el
momento en el que el pelotón de ejecución disparaba al ‘bulto’ a través de la
niebla. La mortal descarga de disparos se escuchó de una forma atronadora por
todo el pueblo y cayó sobre el
prisionero y la anciana, que mientras agonizaba echó una maldición a los
soldados y a la niebla. Desde entonces, explica la leyenda, cuando cae la
niebla sobre la Mussara, debido a la maldición de aquella anciana que
practicaba la brujería, ocurren toda clase de sucesos paranormales y se pueden
ver y escuchar cosas extrañas.”
Cuando llegó a mis oídos esta historia quedé totalmente
fascinado por los acontecimientos que narraba. En ese momento decidí empezar a indagar más sobre los sucesos de
dicha leyenda. Por suerte, a lo largo de los años, ha habido gente que ha hecho
una gran labor y ha dedicado un gran esfuerzo para dejar constancia de la
historia real del pueblo, y así fue como pude asociar esta leyenda, degenerada
a un acontecimiento totalmente fantástico, a un suceso real acontecido durante la Tercera
Guerra Carlista. Un suceso en el que sí hubo un ‘extraño’ pelotón de fusilamiento
formado por soldados del bando liberal. Un suceso en el que el soldado
capturado no existió como tal, ni era un simple soldado ni fue capturado por
los enemigos. Se trataba, ni más ni menos, del carismático cabecilla Carlista
el Coronel Isidre Pàmies i Borràs, alias El Cercós. Y un suceso en el que la anciana practicante
de brujería y ejecutada por accidente, que hizo caer sobre la Mussara y su niebla
una maldición, ni era bruja ni estaba viva. Se trataba de una pobre mujer de
avanzada edad que llevaba ya algún
tiempo fallecida y enterrada en el cementerio de la población. Esta historia,
una de las tantas leyendas que a lo largo del tiempo ha dado fama de maldita a
la población de la Mussara y a su niebla, está basada en los sucesos de, por
llamarlo de alguna manera, la ‘última aventura’ del coronel Cercòs, uno de los
guerrilleros carlistas más famosos de las montañas y posiblemente de la
provincia de Tarragona. Pero eso ya es otra historia.
muy bien redactado.
ResponderEliminarme ha encantado.
a mi también me fascina ese pueblo y me encantaría saber la historia real del pueblo en sí...sin fantasmas ni cuartos milenios....
felicidades por el post
Gracias compañero!!! Pronto nuevas historias sobre este lugar tan ENCANTADOR de las montañas de Prades! ;)
ResponderEliminarMuy buen articulo.
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